domingo, 26 de enero de 2014

Se estaba haciendo tarde y no había mucho más por decir pero  ambos insistían en permanecer uno junto a otro como si una presión externa estuviera atándolos con una soga imaginaria.  Se quedaron callados por que  probar sacar palabras de sus bocas iba a ser más incómodo que el silencio. Había algunos agujeritos chiquitos en la remera de él, que mirándola con la luz acertada parecían un montoncito de estrellas, ya que la remera era negra y la luz entraba suave por entre los agujeros. Ella se quedo un rato mirando el extremo galáctico de la remera  hasta que se decidió y puso la mano abajo, tapando todos los agujeros.
-¿Qué haces?- Le dijo él, volviendo de golpe a la situación por el tironcito que sintió cuando ella pasó la mano por abajo de la remera
- No,no, nada. Quería probar una cosa- Él, sin mucho interés volvió a mirar para otro lado y se sumergió nuevamente en su silencio.

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