Tengo ganas de quitarme la piel y gritar un poco;

No al aire ni al cielo sino gritar al rostro que me aprisiona, con fuerza hasta quedarme ronca y toser lagrimas. Los restos de piel quedarían enteros y los podría usar para envolverte. Me pasearía sin piel por todos los pasillos sintiéndome entera, por que ya hubiera gritado lo necesario para llegar ahí. Podría abrir el cuaderno y escribir con letra nerviosa tengo que dejar de hablar en indicativo y olvidarme inmediatamente que nada es real en el ojo del otro, el otro que aterra en los pensamientos formados, adueñados, de los que hago necesidades incansables. Bebería vino para sentirme más mujer y menos persona, rozaría todos los cuerpos que deseo creyéndome el ocaso desterrado. Podría ser yo o podrías ser vos o ella, estaríamos todos sin piel entregados  al viento húmedo de Abril.