viernes, 5 de diciembre de 2014

Cuando comenté la revelación, la cual en algún punto me atormentaba, lo dije fuerte y claro: "Es que me di cuenta que tengo la imposibilidad de creerme amada". Las luces se prendieron, el llanto cesó y estaba ahí; enteramente expuesta  y sin mayores miedos que los que se dejaban observar en ese instante. La charla derivó en acepciones amplias y ambiguas. Mi desinterés creció; "no quiero más definiciones". Llené mi vida de definiciones racionales por que así funcionó todo desde el principio, pero no hay mas definiciones que pueda darme para comprender."Pero qué es para vos el amor? Escribilo" Intenté explicarle que tengo la imposibilidad de describir lo que no conozco más que por la propia idealización, quiero ser sincera y visceral, poder entenderme en cada palabra o mínimamente relacionarme con ellas. El problema está es que intento pensar analogías o metáforas, como una tarea de escuela, y todo lo que me viene a la mente implica soledad: Leer un libro mientras te tomas el café del desayuno. No. Entonces, dormir la siesta en el campo y que te despierte el solcito de la tarde. No, tampoco. ¿Qué refleja mi amor idealizado, aquel puro e intenso que creo que existe y que no me pertenece?. La posibilidad de ser indispensable, si, creo que eso.

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