domingo, 19 de enero de 2014

Acá las cosas no están bien o están mal. Es como decir que algo te gusta o no te gusta. No, no, no. No puede gustarte o no gustarte así como así. Si te gusta, te gusta tanto como para metertelo en las tripas y al carajo.
Acá no están bien o mal, acá se está podrido o radiante. Te aseguro que hay más podridos que radiantes, por que tanto brillo al final les hacía mal a todos. Pará, ¿por dónde vas? No, no veo un carajo. Che, la puta madre, apagalo a aquel.
Entonces decidimos estar todos podridos, así era un poco más fácil.
Nada de te gusta o no te gusta, te tiene que llegar al alma. Metele con ganas, por todos los agujeros. Uno por acá y otro por allá, si no te va a llegar hasta las tripas entonces mas vale que ni me hables. Total, ¿a quién le importa? Yo lo quiero si se te mete por todos lados y juegan a la viborita, sino andá a contarselo a otra.
Acá estamos todos podridos, tanto brillo tanto brillo pero después terminaban todos en el suelo, boca para abajo, che.

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