martes, 29 de abril de 2014

Laboratorio 29 Abril

Cuando te pensé dije; voy a escribir, voy a llenarme de palabras que platinen lo que siento por que, ¿cómo me libero del pensar si no puedo acudir al sentimiento? Entonces hice fuerza e imaginé colores, brillantes y engalanados en falta. No había modo de seguir creyendo que esto podía mantenerse inmóvil, intacto e incandescente, por que cuándo se prende la luz y dejamos salir el aire nos estamos haciendo cargo.  Te dejé abrir la ventana  cuando el calor comenzaba a sofocar y nos dimos cuenta que nunca pusimos la cortina, así que abrí nomas y llenémonos de aire sin miedo real a que entre la luz y nos penetre. Prendí un cigarrillo y sentí ese olor momentáneo que tiene el tabaco recién encendido, lo sentí e intente que perdurara un poco más por que ese era el olor que me hacía acordar a vos, en la playa tendido bajo el sol siendo puramente vida.  Pensé que quizás debería dejar de teorizar sobre el pensar, dejar de usar la palabra, dejar de repetirla, escalonarme en las intenciones reales de la vida para hundirme en una idea más profunda de lo que estamos buscando. Por ahí podrías tocarme una vez más, podría olerte y creer que está bien que te vayas, así estamos todos más contentos pero ¡qué linda te quedaba la playa en la nuca!.

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