miércoles, 9 de diciembre de 2015

Contaba

los meses en milímetros, pensando que quizás así la medida se hacía visible. corriendo la mirada de escalón en escalón haciendo plausible la memoria.
Me busqué, estaba en la orilla del sentimiento estructural, rompiendo los hilos, mirando los globos caer uno a uno desinflándose con el paso del tiempo. Un tiempo que no es nuestro, ni es de ellos. Un tiempo al que le somos pura humedad. Pensé en pedirte que te quedaras, un rato más arropado junto a mi, envuelto sólo en mi piel, sintiendo la respiración contra mi pecho, así me daba cuenta que había algo más en vos, no sólo el tiempo que te construye. Algo más allá de lo que yo podía armar sobre tu mirada. Eras eso con o sin mi, tu propia eternidad. Pero las palabras se fueron escabullendo de los momento, y no pude parar, no pude pedirlo. Me devolviste la piel, y me sentí agradecido.

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