domingo, 16 de agosto de 2015

Contradecir al mar

Una ráfaga incontrolable,
como mirar al mar de frente, sin miedo,
entregarse a la idea de una eternidad que no nos pertenece.

Te oí decirlo, mire tus labios moverse,
repitiendo cada una de las palabras.
El golpe final, la apropiación de sentidos para establecer
esa humanidad que carezco,

los bolsillos pesados de arena, la dureza al
trasladarnos, con los pies húmedos
en lo inhabitable del agua salada, que nos llama
pidiendo comprensión  con un susurro
latente en cada uno de nuestros lóbulos:
no hay que dejar que el olvido nos penetre

No hay comentarios: